sábado, 19 de mayo de 2012

LA FAMILIA


1 Timoteo 5: 4
Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios
Proverbios 31: 21
No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.



Menudo problema, el tratar de definir lo que es la familia. Si ésta definición la concretamos a decir que es la unión cristiana de un hombre y de una mujer, seremos objeto de ataques, por aquellas personas que argüirían que la legislación argentina, o de las leyes del Distrito Federal de México, y otras entidades, les han dado significación política, y por lo mismo derecho y representatividad. Si decimos que toda familia comienza con la unión cristiana de un hombre y una mujer, que desean procrear para iniciarla, permitiendo que Dios, bendiciendo esa unión, ejerza la continuidad de la especie, la comunidad de homosexuales hablará de discriminación, diciendo que es injusto que se requiera de un óvulo y de un espermatozoide como condición para su inicio.    

Si hablamos de los cuidados perinatales que deben darse en la familia para acomodar  el entorno en que se espera al nuevo miembro; de el amor que debe prevalecer en el seno familiar para prodigarle al hijo  un ambiente de formación sano, amoroso y moral durante su etapa formativa infantil, adolescente y juvenil, en el que crezca en aceptación y equilibrio con el sexo  y la morfología con los que nació;
Si hablamos de la espina dorsal afectiva y moral en que debe constituirse toda familia para que el hijo adulto sepa que puede recurrir a ella en cualquier momento de su vida productiva, en la que con frecuencia será atacado por filosofías equivocadas e incluso pasiones malsanas que debe evaluar,  
Oiremos corrientes opuestas, que aducen en aras de la “libertad de expresión” que vamos en contra a que una mujer tiene derecho de  decidir qué hacer con su propio cuerpo en temas de aborto, o a que unos “padres” (léase dos hombres o dos mujeres) tienen el derecho de educar a un bebé sobre el “deleite de cambiarse quirúrgicamente de sexo”

Ante tanto dime y direte toma nuevamente valor lo que se desprende de las enseñanzas cristianas, y que se resumen en Proverbios 31: .. no tiene temor de (ningún tipo) de nieve…

martes, 1 de mayo de 2012

LA DESTRUCCIÓN DE SODOMA


En la Biblia leemos  que cuatro ciudades fueron destruidas por encontrarse en ellas pecados muy odiados por Dios, entre los cuales prevalecían las prácticas homosexuales. Esas ciudades eran Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboín, y probablemente una quinta, Zoar.  Eran tan frecuentes esas aberraciones sexuales, que los varones de la ciudad se reunieron frente a la casa de Lot, y forcejaron con éste, pues se sentían con el derecho de tener relaciones homosexuales con los ángeles que visitaban el hogar de Lot. Éste,  junto con su familia, es sacado de Sodoma por Dios, dándole apenas el tiempo necesario antes de destruir a la ciudad, junto con sus moradores.  

Llama poderosamente la atención el leer que esa gente decía tener  el derecho de violentar a los ángeles, para cometer ese acto ruin, degradante  y deplorable. Y nos recuerda el derecho que dicen tener los homosexuales de nuestros días, que juzgan de retrógrados y desactualizados a todos aquellos que nos oponemos a aceptar como correctas y aceptables sus actividades sexuales patológicas.  Al pretender imponernos una familia alternativa, la suya, están atentando contra los mismos factores que le dan estabilidad y fortaleza a la base de la sociedad mexicana, tan centrada en la familia como la llave que le da formación y estabilidad al individuo.  Y al querer imponernos como alternativa a la educación del niño, la adopción de bebés por parejas homosexuales, quieren imponer como socialmente aceptable  que dos seres con graves problemas morales y sociales  puedan tener acceso sin restricción a una mente virgen, para educarlo dentro de su inmoralidad absoluta. Leemos de casos de niños en éstos senos malvados, que cuando cumplen menos de cinco años ya atentan violentamente contra sus genitales, y que antes de los diez años ya “les piden a sus padres” que su sistema reproductor sea mutilado quirúrgicamente, para “adquirir” el que su mente, ya enferma, les dice que debieran tener. ¿De donde adquieren esa inconformidad entre su realidad fisiológica y su deseo sexual? Hablo de niños menores de diez años. La realidad es que el mal ya lo adquirieron, al ver las aberraciones existentes entre sus “padres”.

No pretendo en ninguna forma satanizar a los homosexuales. Cristo nos enseñó a amar a los pecadores, a llamarlos  a  una nueva  oportunidad de  arrepentimiento y de su conversión a Cristo; nos enseñó  a amar siempre a los pecadores, pero a odiar y rechazar al pecado.