viernes, 22 de julio de 2016

LA PENOSA ORDEÑA

                                                        .                      
                                                                                                            Ernesto Müdespacher Martens


Quiero hoy hablar de un enorme flagelo, que se ha extendido por cada rincón del país, creciendo y multiplicando sus tentáculos por esos veneros de sangre, de odio y de intrigas y envidias, en que se ha constituido esa riqueza y bendición con la que fuimos dotados por Dios. Me refiero al petróleo, y a los constantemente perforados ductos de PEMEX, para lograr lo que se ha dado en llamar “la ordeña”.
Curiosa palabra, “la ordeña”. Pues, aunque nos habla de una extracción diaria de combustible, pareciera limitar el monto de esa extracción a unos cuantos galones. Cuánto se puede ordeñar a una vaquita, si no algunos galones diariamente. Bien, pues la paraestatal habla de que en ésta práctica se roban lo inimaginable. Por ejemplo, en Sonora, concretamente en Guaymas, tres vehículos bien adaptados habrían estado ordeñando 40,000 litros diarios de combustible. Según la información periodística, el litro se vendía a $5.00. Hablamos, claro está, del 2014, cuando la gasolina  era más barata. Así, el changarrito le dejaba $73,000,000.00 anualmente a éstos “campesinos”, y a PEMEX una pérdida de 150 millones por año.
Ello no es más que una pequeña reseña de lo que está pasando: Existen miles y miles de tomas en el país. PEMEX calcula que pierde diariamente 54 mil millones de pesos  por ese concepto. Diariamente. Y el mal sigue creciendo.  ¿Cuántos  hospitales podríamos construir en México? O cuantas escuelas, montadas a la usanza del primer mundo? Claro, en un país sin tanta corrupción, sin tantos partidos que no sirven para nada, pero que se llevan mucho de lo que los mexicanos estamos produciendo, el dinero de las ordeñas podría beneficiarnos grandemente.
Y no es ese el único mal. Los derrames del combustible sobre esas tierras agrícolas dañan severamente la productividad. Ese hidrocarburo  que cae al suelo al ser manipulado, evita que las tierras así contaminadas produzcan cultivos por unos diez años, mínimo. Ello, en detrimento de tanto agricultor, que de ello vive, y de la nación, que de ellas come.
¿Quién es el que está haciendo ese mal? ¿Será tal su necesidad, que arriesgue tanto por lograr esa fortuna? Pues por el ejemplo narrado arriba, vimos que no son pistaches, de lo que se trata. Es un negocio de tan grande magnitud, que las perforaciones han aumentado en 915% del año pasado a éste, según PEMEX. Y luego viene la pregunta: siendo tantos centenares de pozos los que se descubren y capturan, porqué, con tanto descaro, se declara que “no hubo detenidos”. ¿A qué conclusión forzosa llegamos?
Consideremos  que no cualquiera tiene el dinero, ni la tecnología, ni los contactos,  para dedicarse a ello. Porque se requiere dinero, mucho dinero, para hacer esa inversión. En Pénjamo, narra la prensa local,  unos traficantes, para efectuar una ordeña de 28,000 litros diarios,  habían habilitado un  camión International con un tanque integrado, con un costo no menor a $500,000.00 También contaban con el equipo necesario para lograr un desfogue de gas eficiente. Un solo camión. Multipliquémoslo por los tres o cinco vehículos que tiene cada pandilla.
Luego viene el asunto de la tecnología: alguien “de adentro” debe saber por dónde pasa el ducto, normalmente enterrado. Además, ese “alguien” conoce como perforar el ducto e instalar la válvula, sin producir fugas que lo hagan volar. O ello, o tiene contactos que detienen el flujo mientras hace el trabajito. Alguien que detiene el paso del combustible por toda la red, mientras se perfora la línea  en la porción escogida.  
Y por último, está la persona que coloca el producto robado en forma segura. Alguien que sabe cómo venderla  “quitándose los golpes de encima”. ¿De quién podemos hablar? Claro está: De un político, o de un traficante, o de la nueva estirpe social que existe en el país: el narco-político, despreciable injerto.
No es difícil imaginar cuál es el perfil de los integrantes de esa caterva: son funcionarios o empleados de PEMEX; son narco políticos; o son policías. No me arriesgo mucho al decir esto: el  periódico norteño Notigodinez siguió negocios del narcotráfico, y  narra que una banda trabajaba en Altamira, Reynosa y González, en Tamaulipas, así como en Huimanguillo, Tabasco,  y Silao, Guanajuato. Entre sus negocios más prósperos estaba la extracción de hidrocarburos.
En cuanto a la policía, narra El Universal (10 de abril, 2016) que policías ordeñaban ductos en Hidalgo.
Y, en cuanto a funcionarios de PEMEX, son más de 100 los que han sido procesados por daños patrimoniales a la empresa. El investigador de la Universidad Metropolitana Nicolás Dominguez Vergara informa que hasta Septiembre de 2015, unos 100 empleados de PEMEX habían sido arrestados. ¿100 empleados? Han de ser los “peces flacos”, aquellos que no tienen palancas, o por lo menos no pudieron  comprar el silencio de reporteros o funcionarios policíacos.
La pena por éste delito es 6 meses a 10 años. Pero solo para el que no tiene forma de defenderse, o de quien paga el tiempo cárcel que debieran pagar sus jefes. Yo conozco personalmente a uno.
No es de extrañar que esos robos sigan extendiéndose por todo el país.
Se ha firmado la ley anticorrupción. La famosa “tres de tres”, que sirvió de burla entre integrantes de la cámara, haciendo ver inicialmente que si el gremio político debía ser supervisado y castigado por sus desmanes, igualmente debiera serlo el sector empresarial. Después del veto presidencial, el proyecto regresó a las Cámaras, para ser finalmente aprobado. Y, tras discursos inflamados de patriotismo y de augurios de cambio, ya se habla de un antes y un después de la ley Anticorrupción.
Pues lo deseamos todos de mil amores, porque la corrupción que ha padecido y que caracteriza al país nos ha costado miles de millones de pesos, que se han embolsado unos cuantos, evitando que a otros muchos les beneficie con escuelas, hospitales y otros muchos beneficios sociales. Ojalá que en su estudio y pena ésta ley incluya desde los cruceros que rentan a los policías, que le deben producir un “moche” a sus jefes, hasta las Casas Blancas.


miércoles, 18 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD. NO TEMAS ¡Gloria a Dios en las alturas! Y en la tierra paz, Buena voluntad para con Los hombres Éste es el precioso canto que el coro de ángeles entonó frente a los pastores, después de anunciarles el natalicio de nuestro Señor Jesucristo. Qué magnífica experiencia, la de aquellos rudos hombres. He oído coros realmente bellos, pero no alcanzo a imaginar la sin igual maestría de un coro de ángeles. Leemos la letra de ese coro, y nos pasma lo grande de su lírica. Ahora imaginémosla completa, acompañada por una música compuesta en el cielo. Nada menos que para alabar al Creador del universo. Sin igual, seguramente. Dice Lucas que esto ocurrió de noche. Los pastores guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños, “cuando la gloria del Señor los rodeó de resplandor. Y un ángel les comunicó la gran nueva: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” ¿Cómo estaban esos pastores? Se llenaron de temor. Si, se llenaron de temor. El ángel tuvo que calmarlos, diciéndoles que no temieran, que venía en son de paz, a traerles nuevas de gran gozo. Porque, a pesar de que estaba escrito que Cristo nacería de una virgen, el pueblo se llenó de temor. Igual que en la actualidad: saber de las cosas de Dios produce en mucha gente gran temor, el temor a lo desconocido, el temor a tantas suposiciones y paradigmas con las que malamente hemos sido mal informados. Dios vino a darnos buenas nuevas. El Señor Jesucristo nació para que la humanidad viviera buenas nuevas Pero seguimos llenándonos de temor. Temor por el más allá, temor por lo que ha de pasar, el temor que una lectura mal entendida del Apocalipsis produce, temor por el juicio final. Alegrémonos, todos aquellos que estemos dispuestos a ponernos en las manos amorosas de nuestro Señor. El vino a darle a la humanidad paz, y buena voluntad. A darnos Su buena voluntad. No dice el texto, como equivocadamente nos han enseñado, que viene a rescatar a los hombres de buena voluntad. Si así fuere, tendría que regresarse por donde vino, pues no encontraría hombres de buena voluntad. Afortunadamente es El quien pone la buena voluntad, no el hombre. Recordemos en éstas fechas que no debemos temer. El ángel dijo a los pastores que no temieran, porque traía buenas nuevas. Dios, nuevamente hoy, nos dice que no temamos. El nos recuerda que nos trae buena voluntad, y Su enorme, gratificante amor, y Su salvación. Quiero compartirles éste pensamiento hoy, para que nuestros corazones se inunden de paz y dicha en éstas fechas. MUY FELIZ NAVIDAD, hombre receptor de la buena voluntad de Dios.

viernes, 2 de agosto de 2013

EL “TERCER SEXO”, SEDUCCIÓN SOCIAL

Estamos viviendo una campaña que atenta contra la moralidad y las buenas costumbres. Homosexuales se han dado a la tarea de convencer a la opinión pública de que las relaciones sexuales entre hombres o entre mujeres son de lo más común y normal, que han existido siempre, que incluso sociedades como la  espartana,  la romana y otras de gran prestigio ya las practicaban.  Y buscan con éstos argumentos y otros,  obtener la aprobación social, contando que los más actúen con la cobardía del silencio, del asumir un cómodo “yo respeto”.

Estamos presenciando una proliferación de la impiedad de tal grado que asusta. El homosexualismo  está llegando a niveles de apertura tales, que promueve sus aberrantes extravíos haciendo creer que son relaciones naturales,  y que quien se  opone a ellas o las censura está demostrando que es un anticuado. Y la realidad es que en mucho tienen razón. Éste “tercer sexo” ha acompañado al ser humano desde muy lejos.

Una revisión bíblica de  estos temas nos enseña que, efectivamente, son relaciones muy antiguas,   y desde esa misma antigüedad,  reprobadas  por Dios. Quién no recuerda la narración bíblica sobre lo acontecido allá en Sodoma y las otras cuatro ciudades de la llanura,  después que ángeles llegaran ahí para atestiguar cómo el mal había campeado en ellas. Una turba de homosexuales, leemos, trató de sacar a éstos ángeles del hogar de Lot, quien les había dado hospedaje, para “conocerles”. Usa eufemísticamente  éste verbo para decir que querían tener relaciones sexuales con ellos.  Y termina ésta lectura narrando cómo el pecado  de esa ciudad es castigado con la muerte por fuego de todos esos pecadores. Como señal inequívoca de lo que pasará con los que tengan en poco las advertencias divinas, y no acepten las llamadas al arrepentimiento que Dios, repetidamente, les hace.

Hoy, como ayer, los practicantes de éste pecado están empeñados en ganar para su campo a gente descuidada, apelando a deseos propios del ser humano. Les invitan haciéndoles creer que en sus filas encontrarán el éxito, o el placer, o la felicidad. Les mencionan nombres de famosos que militan en sus filas, diciéndoles que en ellas encontrarán la gloria, pero no les aclaran que en esas filas existe mucha equivocación, infelicidad, y traición, y enfermedades, peste y culpa. 

Por éste pecado leemos que  (por cambiar la gloria del Dios incorruptible)  Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. Romanos 1: 25 y sig.

Varones, igual que damas de todos los confines de la tierra, levantemos nuestra voz en protesta por esas leyes  que están siendo cambiadas; concienticemos  a nuestros legisladores, a nuestros medios de difusión, a nuestros maestros,  a dar marcha atrás en la relajación de nuestras leyes. Salvemos a nuestras sociedades de lo que está sucediendo. Hoy, más que nunca, se requiere de tu apoyo, con valor y decisión.

 

miércoles, 17 de octubre de 2012

URUGUAY Y EL ABORTO

Es de actualidad en el Uruguay de estos días, platicar sobre el aborto. Están  discutiendo en las  cámaras si legalizan esa práctica o  no. Dicen las unas, que ellas son dueñas de su cuerpo y, por lo tanto, pueden decidir libremente que hacer en ellos y con ellos. Otras dicen que no, que abortar es un crimen, que va en contra de las ordenanzas bíblicas, y que no es correcto. Y esgrimen, mezclando unas cosas con otras, que ello se justifica sobre todo en los casos de violación y de enfermedades de la criaturita esperada. También hablan sobre el nulo valor de esa gestación, hasta que cumple la edad de las doce semanas. Antes de ello, me han dicho, son “solamente un conjunto de membranas” sin valor.

No quiero meterme ahora a considerar los embarazos por violación, o de gestaciones con alguna patología. Ellas son consideraciones especiales, de las cuales podríamos llenar páginas y páginas. Quiero, solamente, hacer dos consideraciones: la primera, preguntar cual es la reacción de Dios, ante ese aborto de “membranas” sin concierto ni valor. Hablando con Jeremías, le dice el Señor: antes que te formase en el vientre te conocí (Jeremías 1: 5) Es decir, ya somos conocidos por el Señor, y caros a sus ojos, desde el momento mismo de la concepción.   Si, caros, queridos, conocidos. Y ya entonces prevalece aquello de “no matarás”

El segundo considerando es éste: dicen las damas que son libres de decidir qué hacen con sus cuerpos. Si el aborto se ha de practicar en ellos, en sus cuerpos, pues parecen tener razón al decir que tienen toda la libertad para decidir si pueden o no expulsar a ese “huésped incómodo”. Que si les ha de doler, depende de ellas exponerse o no a ese martirio.

Y están por otro lado las que niegan valor al producto de la concepción. Existe, según ellas, un algo especial, algo espiritual, que pasa cuando ese producto llega a las doce semanas,. Como si hasta entonces viniera el Espíritu  Santo y recordara que un nuevo ser vive en ese vientre. Un olvido imperdonable, porque hablamos del Santo Espíritu. Y bueno, como hasta entonces ejerció su bendita influencia sobre esa nueva manifestación de la Creación, pues es válido tratarlo desde ese momento con el respeto y valor que debe merecernos esa bendición de Dios. Pero no antes de las fantásticas doce semanas. Antes, ya lo dije, Dios se olvidó de esa concepción, lo cual les da el derecho de ultrajar esa obra de la Creación de Dios. Por favor, qué les pasa. Quien erigió a esas personas en dioses, para establecer cuando comienza la vida.

Y mi segundo considerando es el siguiente: la mujer que decide abortar es una actriz en el drama. Actriz que debiera considerar que ya no está sola. Ha permitido que a su vientre llegue una nueva vida: un bebito bendito del Señor. La decisión de abortar le cuesta a esa dama dolor y ciertas inconveniencias. Al nuevo actor, al bebito, en cambio, le cuesta a vida. Son dos, pues, los que están involucrados: la mamá, y el bebito. La madre, conscientemente (o inconscientemente, mas bien), toma su decisión sobre la base de una molestia pasajera. Pero al que le está costando la vida, ni siquiera le pregunta: bebito, carne de mi carne, sangre de mi sangre, ¿no te importa que te mate?    

sábado, 14 de julio de 2012

APOYEMOS A MÉXICO


En qué forma tan interesante se va construyendo la historia. Nos vimos inmersos en unas elecciones presidenciales en México, en las cuales algunos se involucraron con verdadera pasión, entregando su tiempo, su mente, su esfuerzo: admirables idealistas, dispuestos siempre a luchar por lo que creen es lo correcto. Otros seguimos el proceso día a día, con interés siempre, viendo cuales eran los avances de nuestro candidato. (o candidata, dirían algunos, aunque Doña Josefina está incluida al hablar en género masculino, por las particularidades de nuestro idioma) Y los menos permanecieron alejados, indolentes a lo que pasaba a su alrededor.

En fin, para bien o para mal, el proceso de elección de candidato a la presidencia ha terminado. Lo importante ahora, para el elegido y para los electores, es concientizarnos que ésta grande y hermosa nación ya tiene un presidente. El que nos gustara el color o la plataforma política de Peña Nieto pasa ahora a segundo término. Lo que importa ahora es aceptar que nuestro presidente es él, y respaldarlo, sabiendo que las metas a las que debe aspirar el país son muy altas, y que solamente las lograremos si trabajamos juntos, sin ponerle piedritas en el camino a nadie. Eso lo digo por todos y cada uno de nosotros, ya que no hay piedra chica, ni existe un tamaño mínimo para tropezar. Y también lo digo por todos los diputados, senadores, gobernadores y munícipes, que están cada quien en posiciones vitales para el progreso del país. 

Y lo digo también por nuestro presidente electo, quien ahora tiene el compromiso de gobernar para todos, votaran o no por él; la responsabilidad de entregar un país por lo menos tan adelantado como el que le está entregando Don Felipe Calderón, quien se distinguió, en mi  concepto, por ser un presidente que pasará a la historia por haber sido congruente, y claro, y exitoso.

El Lic. Peña Nieto tiene grandes responsabilidades. ¿Nos ha de entregar cuentas? Claro que si. Pero vemos en el libro de Romanos, en la Biblia, que hay Uno al que no podrá engañar con palabras bonitas y con argucias de político. Dios nuestro Señor le tomará cuentas, pues Ud., Don Enrique, fue puesto en la presidencia por Dios mismo. Confío en que, consciente de esa realidad y de la responsabilidad que conlleva, gobierne en tal forma que le entregue Ud. a Él buenas cuentas.
MUCHO ÉXITO, POR MÉXICO.

martes, 5 de junio de 2012

CUANDO LA VIDA LLEGA A SU FIN

Éste libro de Rick Jones tiene como subtítulo “La verdad sobre lo que le espera después de la muerte”. Es un libro por demás interesante, de lectura fácil y amena, el cual recomiendo para todo aquel que guste  enterarse de temas trascendentales, vitales, diría yo, pero que no quiere meterse en la lectura de la Biblia. ¿A quién puede interesarle éste tema? Pues a quien ha cumplido setenta años o más, y sabe que el futuro le depara el desprendimiento de ésta vida. Pero asimismo al joven de veinticinco, que está consciente que la vida pende de un hilo, que es más frágil para algunos que para otros.

El libro contesta, dando referencias bíblicas, preguntas vitales, tales como:
¿Existe  Dios?
¿Existe el Diablo? Existe el cielo? ¿Existe el infierno? ¿Puedo creer en la Biblia? ¿Acaso un Dios amoroso enviaría gente al infierno? ¿Puedo saber si iré al cielo cuando muera? ¿Acaso no hay muchos caminos al cielo? ¿No somos todos hijos de Dios? ¿Porque es Jesucristo tan especial? ¿Y qué de los cristianos hipócritas? ¿No es el cristianismo sólo para los débiles?

A la inmensa mayoría de la gente les inquieta saber sobre éstas cuestiones. Y con frecuencia, las preguntas que hacen quedan sin respuesta, agrandando su inquietud y desazón. Muchos tratan de aligerar esa tremenda incertidumbre refugiándose en las corrientes filosóficas,  escudándose en frases vanas como non plus ultra, no existe el más allá. Pero a un gran número de seres inteligentes, pensantes, esto los deja insatisfechos. Porque, habiendo sido creados por Dios, nos negamos a creer que todo acaba al morir. Nuestra alma, creada por Dios, nos inunda de pensamientos de “regreso a casa”. Ya que el hombre es, efectivamente, eterno. Y Dios nos invita a regresar a casa. 

En forma sencilla, basándose siempre en la Biblia, éste libro nos hace ver esas grandes verdades,  sin ser un libro teológico. Muy lejos de serlo. Da las referencias bíblicas, asumiendo que muchos querrán constatar en ése libro lo que dice éste. Valida su decir con el Libro de Libros. Y qué bueno que  así lo hace, pues en ésta forma da tranquilidad al lector.

Recomiendo ampliamente ésta obra, impresa por Chick Publications,  de apenas 63 páginas, muy bien escrito, y traducido en forma magistral.

sábado, 19 de mayo de 2012

LA FAMILIA


1 Timoteo 5: 4
Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios
Proverbios 31: 21
No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.



Menudo problema, el tratar de definir lo que es la familia. Si ésta definición la concretamos a decir que es la unión cristiana de un hombre y de una mujer, seremos objeto de ataques, por aquellas personas que argüirían que la legislación argentina, o de las leyes del Distrito Federal de México, y otras entidades, les han dado significación política, y por lo mismo derecho y representatividad. Si decimos que toda familia comienza con la unión cristiana de un hombre y una mujer, que desean procrear para iniciarla, permitiendo que Dios, bendiciendo esa unión, ejerza la continuidad de la especie, la comunidad de homosexuales hablará de discriminación, diciendo que es injusto que se requiera de un óvulo y de un espermatozoide como condición para su inicio.    

Si hablamos de los cuidados perinatales que deben darse en la familia para acomodar  el entorno en que se espera al nuevo miembro; de el amor que debe prevalecer en el seno familiar para prodigarle al hijo  un ambiente de formación sano, amoroso y moral durante su etapa formativa infantil, adolescente y juvenil, en el que crezca en aceptación y equilibrio con el sexo  y la morfología con los que nació;
Si hablamos de la espina dorsal afectiva y moral en que debe constituirse toda familia para que el hijo adulto sepa que puede recurrir a ella en cualquier momento de su vida productiva, en la que con frecuencia será atacado por filosofías equivocadas e incluso pasiones malsanas que debe evaluar,  
Oiremos corrientes opuestas, que aducen en aras de la “libertad de expresión” que vamos en contra a que una mujer tiene derecho de  decidir qué hacer con su propio cuerpo en temas de aborto, o a que unos “padres” (léase dos hombres o dos mujeres) tienen el derecho de educar a un bebé sobre el “deleite de cambiarse quirúrgicamente de sexo”

Ante tanto dime y direte toma nuevamente valor lo que se desprende de las enseñanzas cristianas, y que se resumen en Proverbios 31: .. no tiene temor de (ningún tipo) de nieve…